Hay alguien en mi edificio que toca el piano.
A veces me voy a dormir, a la madrugada y en el silencio se escucha... y es tan lindo, tan relajante. Me pongo melancólica, y me encanta. Me duermo felizmente triste. Es increíble, ojalá yo tuviera un piano negro, grande, de esos que brillan y las teclas te llaman para que las toques... y saber tocar, saber tocar BIEN. Sería un sueño.
Tocar y tocar, y que lo de afuera no importe, seguir tocando.
Olvidarse de todo. Disfrutar de la soledad y buscarle placer al dolor. Mi vida se reduciría a
eso.