— No hay peor ciego que el que no quiere ver —

martes, 19 de octubre de 2010

Hay alguien en mi edificio que toca el piano.

A veces me voy a dormir, a la madrugada y en el silencio se escucha... y es tan lindo, tan relajante. Me pongo melancólica, y me encanta. Me duermo felizmente triste. Es increíble, ojalá yo tuviera un piano negro, grande, de esos que brillan y las teclas te llaman para que las toques... y saber tocar, saber tocar BIEN. Sería un sueño.

Tocar y tocar, y que lo de afuera no importe, seguir tocando. Olvidarse de todo. Disfrutar de la soledad y buscarle placer al dolor. Mi vida se reduciría a eso.

1 comentario:

  1. hacía mucho que no me pasaba por aqui...tienes una seductora forma de sentir...no lo olvides. besos en clave de sol

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