— No hay peor ciego que el que no quiere ver —

sábado, 9 de junio de 2012

No, ches

Cuando estás a punto de volverte a tu casa pero la paja que te provoca el traslado hacia la misma es superior a las ganas de irte a la mierda, te quedás; y ahí todo empieza a girar. Y terminás fumando con un pendejo de 14. Vos casi 18, y él 14.


Vueltas de la vida.

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